Recordando al Comisionado del Condado de Reeves Tony Trujillo
PECOS, Texas (KTLE) - Los miembros de la comunidad se reunieron para honrar la vida y el legado del Comisionado del condado de Reeves, Tony Trujillo, un servidor público de toda la vida cuyo compromiso con el Precinto 4 se definió por la compasión, el liderazgo y el amor por su familia.
Una devoción de por vida a la comunidad
Antonio M. “Tony” Trujillo nació y creció en Pecos, Texas, el 10 de abril de 1960. Orgulloso graduado de la preparatoria Pecos de la generación de 1978, Tony se casó con su novia de la preparatoria, Tina, tan solo un año después. Compartieron 46 años de matrimonio, llenos de profundo amor y una sólida relación.
Durante las siguientes décadas, Trujillo canalizó esa misma devoción al servicio de la gente del Condado de Reeves.
Incluso antes de que el Juez del condado de Reeves, Leo Hung, asumiera el cargo, Trujillo ya trabajaba arduamente, representando con pasión a su distrito. Nunca se retractó de las conversaciones difíciles y era conocido por defender a quienes a menudo pasaban desapercibidos.
“Siempre me recordaba que luchaba por los más débiles. A veces discutíamos, pero por otro lado, fuimos amigos durante mucho tiempo”, dijo el juez del condado de Reeves, Leo Hung.
Una voz de confianza en el gobierno local
El juez Hung afirmó que Trujillo poseía un conocimiento inigualable del condado, desde subdivisiones hasta terrenos y mucho más. Le pedía consejo y le atribuía el mérito de ahorrarle dinero al condado y ofrecerle consejos sensatos una y otra vez.
Aun así, el papel más preciado de Trujillo no estaba en el tribunal, sino en el corazón de sus nietos, quienes lo llamaban cariñosamente “Popo”.
“Donde más lo admiro es fuera del tribunal. Todos los domingos llevaba a sus nietos a desayunar. Lo admiro por su esfuerzo durante la semana y los fines de semana; seguía siendo un buen abuelo”, compartió Hung.
Más que un Comisionado
Daniel Alvarado, amigo de la familia y portavoz, comentó que a Trujillo siempre lo veían con sus nietos, su orgullo y alegría.
“Siempre lo veíamos con sus nietos. Es decir, ni siquiera en el estadio, si uno iba al estadio, él estaba allí con sus hijos, sus nietos… desayunando. Estaba rodeado de su familia y amigos”, dijo Alvarado.
Pero su relación iba mucho más allá de la política.
Los dos se conectaron por los deportes, especialmente el béisbol, y compartían charlas nocturnas sobre la vida, la fe y los viajes.
“Quería que todos estuviéramos juntos. Que uniéramos fuerzas para unirnos como comunidad, y eso fue hermoso para mí porque logró dominar ese personaje de comisionado y realmente me permitió ser su amigo”, dijo Alvarado.
Un hombre con propósito
Descrito por amigos y colegas como honesto, trabajador y honorable, Trujillo abrazó con orgullo su herencia hispana, amó profundamente a su familia y nunca perdió la oportunidad de hablar de su equipo de fútbol americano favorito: los Washington Commanders.
“Mucha gente, al pasar por una situación como esta, se preguntará muchas cosas y se preguntará por qué tan rápido. Pero todos tenemos un propósito y si simplemente obedecemos ese llamado, creo que la vida será un poco mejor para todos; allanar el camino como él lo hizo es justo lo que debemos sacar de todo esto”, dijo Alvarado.
Sobreviviendo por el Amor
Al Comisionado Trujillo le sobreviven su esposa Tina, un hermano, tres hermanas, sus hijos, numerosos nietos y bisnietos.
“En general, fue un gran trabajador toda su vida, dedicado a su familia y al servicio del público. Definitivamente lo extrañamos”, dijo el Juez Hung.
Aunque la comunidad llora a un líder profundamente respetado, su familia y amigos encuentran paz al saber que falleció rodeado de amor y que su legado de servicio, familia y fe seguirá inspirando a las generaciones futuras.
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