Expasajeros del Titán revelan escalofriantes detalles sobre los problemas de seguridad y riesgos del sumergible
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La aventura submarina en el sumergible Titán, promocionada como una innovadora oportunidad para que los turistas visitarán los restos del Titanic en alta mar, ha resultado en un desafortunado desenlace.
La angustiosa búsqueda del sumergible desaparecido llegó a su fin el jueves, cuando la Guardia Costera anunció el hallazgo de los restos de la nave. Lamentablemente, los cinco pasajeros del Titán se dan por muertos.
Así culmina la intensa carrera de cuatro días para encontrar al Titán, después de que perdiera contacto con su nave nodriza durante una inmersión a 12,500 pies de profundidad el pasado domingo.
Las advertencias ignoradas: Testimonios de pasajeros del Titán sobre los problemas previos a la implosión
Los expasajeros del sumergible Titán, han relatado una serie de problemas de seguridad, fallas en la comunicación y deficiencias en el diseño de la embarcación.
Según los relatos, las fallas técnicas dejaron a los pasajeros del sumergible en una situación vulnerable y expuestos a peligros innecesarios.
Problemas evidentes incluso desde la inmersión de prueba
Brian Weed, un operador de cámara de 42 años que formaba parte del programa “Expedición Desconocida’” de Discovery Channel, realizó una inmersión de prueba en el Titán en mayo de 2021 y relató: “Desde el momento en que comenzamos la inmersión de prueba, las cosas empezaron a salir mal”.
A pesar de descender a las profundidades marinas, la embarcación no alcanzó los restos del Titanic. Weed describió el lanzamiento como “torpe” y afirmó que a una cuarta parte de la inmersión, los propulsores fallaron, dejando a los pasajeros prácticamente indefensos en el agua.
Otro motivo de preocupación para Weed fue el hecho de que la puerta estuviera atornillada desde el exterior, lo que planteaba la posibilidad de quedarse atrapado incluso estando en la superficie.
Sin embargo, fue el atractivo del Titanic, el legendario transatlántico que se hundió en su viaje inaugural de Inglaterra a Nueva York en 1912, lo que lo atrajo hacia el proyecto.
“La idea de descender y ver el Titanic es asombrosa. Quieres que sea posible, quieres que sea real. Tu mente está dispuesta a pasar por alto algunos problemas realmente evidentes”, afirmó Weed.
Ante una invitación para realizar otra inmersión una semana después, Weed declinó. Según él, “algo en todo esto daba la sensación de que no había un plan” y consideró que “la recompensa no justificaba el riesgo”.
Continuas pérdidas de comunicación y horas deambulando bajo el agua
Josh Gates, presentador de “Expedición Desconocida”, comentó a Tom Costello de NBC News acerca de la inmersión: “Tuvimos problemas con el control de los propulsores, problemas con las computadoras a bordo y problemas con las comunicaciones”.
Además, añadió que consideraba que el submarino necesitaba más tiempo y pruebas antes de llevar a cabo estas expediciones. OceanGate había llevado a cabo exitosamente expediciones a los restos del naufragio en 2021 y 2022, antes de que el Titán desapareciera en su tercer viaje.
La pérdida de comunicación y las horas deambulando bajo el agua han sido otras de las dificultades enfrentadas.
Asimismo, Colin Taylor, quien realizó una inmersión en el Titán en julio pasado junto a su hijo de 22 años para explorar el sitio del Titanic, describió el sistema de comunicación como “muy difícil”. “Hay un sistema de comunicación basado en texto que es bidireccional, pero muy lento”, afirmó. “Enviar señales a través de esa cantidad de agua es extremadamente complicado”.
Y, por otro lado, Mike Reiss, guionista y productor que ha trabajado en “Los Simpson”, mencionó a ABC News que realizó cuatro inmersiones de 10 horas con OceanGate, incluida una en el Titanic. En todas las ocasiones, la tripulación perdió la comunicación con la nave anfitriona.
El ex empleado de OceanGate despedido que advirtió sobre fallas de seguridad en sumergible Titán
David Lochridge, expiloto de OceanGate, denunció en documentos judiciales hace cinco años que fue despedido después de alertar sobre la falta de pruebas adecuadas del caparazón de carbono del Titán, el cual no garantizaba un descenso seguro a 4,000 metros, profundidad similar a la estimada del Titanic.
En sus declaraciones, Lochridge también afirmó que la compañía se negó a invertir en una ventana segura para operar a dicha profundidad. Estas preocupaciones, expuestas por el exempleado, ponían en riesgo la seguridad de los clientes de OceanGate.
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